martes, 16 de junio de 2020

Abelardo Castillo, las comillas, porqué, por qué y por que y otros asuntos literarios.



Escritura creativa. Contenido didáctico.



   Abrimos la entrada de hoy con las mínimas del escritor Abelardo Castillo, (Buenos Aires, 1935-1917) muy acertadas por cierto.

“Podrás beber, fumar o drogarte. Podrás ser loco, homosexual, manco o epiléptico. Lo único que se precisa para escribir buenos libros es ser un buen escritor. Eso sí, te aconsejo no escribir drogado ni borracho ni haciendo el amor ni con la mano que te falta ni en mitad de un ataque de epilepsia o de locura.
Lo que dice Borges sobre los sinónimos es verdad: no existen. Can no es lo mismo que perro ni la palabra ramera tiene la dignidad de la palabra puta. Pero yo te recomiendo un buen diccionario de sinónimos. Uno quiere escribir: “habló en voz baja”. Como eso no le gusta lo reemplaza por “voz queda”, que es espantoso. Hojea el diccionario de sinónimos al azar y en cualquier parte encuentra la palabra pálida. Entonces escribe: “habló con voz pálida”, lo que está muy bien.
Nunca adjetives en orden decreciente, nunca digas: “Era una montaña titánica, enorme, alta”. Si no te das cuenta por qué, nadie puede ayudarte. Si adjetivaste en la dirección correcta tampoco te creas un gran estilista. Tal vez buscabas el último adjetivo y te olvidaste de borrar los otros dos.
Nadie escribió nunca un libro. Sólo se escriben borradores. Un gran escritor es el que escribe el borrador más hermoso.
Nunca escribas que alguien tomó algo con ambas manos. Basta con escribir las manos y a veces es suficiente una sola. La gente en general tiene cara, no rostro. No asciende las escaleras, sube por ellas. No penetra a las recámaras, entra en los dormitorios. Evitarás los ventanales y sobre todo los grandes ventanales. Dicho sea de paso, las ventanas no son de cristal, son de vidrio. Lo mismo los vasos.
No digas que alguien empezó a cantar o a vestirse si no estás dispuesto a que termine de hacerlo. En los libros la gente empieza a reír o a llorar en la página 3 y da la impresión de seguir así hasta que se muere.
Sé ahorrativo: si lo que viene al galope es un jinete, no hace falta el caballo. La inversa no se cumple. La palabra caballo viene misteriosamente sin jinete.
No intentes ser original ni llamar la atención. Para conseguir eso no hace falta escribir cuentos o novelas, basta con salir desnudo a la calle.
Cuidado con las computadoras. Todo se ve tan prolijo que parece bien escrito.
En general cuesta tanto trabajo escribir una gran novela como una novela idiota. El esfuerzo, la pasión, el dolor, no garantizan nada. Es desagradable pero es así. No abandones la cama sin pensar en esto.
No describas sino lo esencial. La posición de un pie, en casi todos los casos, es más importante que el color de los zapatos.
No cualquier cosa, por el mero hecho de haberte sucedido, es interesante para otro. Esto vale tanto para escribir como para conversar.
No defiendas tu libro argumentando que los críticos son escritores frustrados. Lo verdaderamente peligroso de un crítico es que sea un crítico frustrado.
Leer una gran novela o un gran cuento es tan hermoso como haberlos escrito. Si nunca lo sentiste, no escribas ficciones ni, por el amor de Dios, te dediques a la crítica literaria.
No publiques todas las estupideces que escribas. Tu viuda se encargará de eso.
Lo que llamamos estilo sucede más allá de la gramática. No es lo mismo decir: “ahí está la ventana” que “la ventana está ahí”. En un caso se privilegia el espacio; en el otro, el objeto. Toda la sintaxis es una concepción del mundo.
Nunca pidas que te presten un libro. Los buenos libros se compran o se roban.
No creas en las máximas de los escritores. Tampoco en éstas. Lo que cautiva de una máxima es su brevedad; es decir, lo único que no tiene nada que ver con la verdad de una idea".
 
   Hoy hablaremos del uso correcto de las comillas. Es importante que lo conozcas. Como ya he dicho en la pasada entrada la mayoría de los escritores terminan por convertirse en sus propios editores. Es de suma importancia que los textos salgan a la luz, da igual si se trata de un blog personal en lugar de una editorial, 100% limpios en cuanto a edición.

   En la red te encontrarás editores que harán bien su trabajo y tendrán extrema consideración con tus textos, pero también te encontrarás , como en todas partes, editores mediocres sin la sabiduría para hacer que tu obra brille.
No hay nada como un buen editor  para encontrar ese embalaje especial que servirá de contenedor y expositor de tu obra. Claro que te hablo de la obra terminada, proceso de corrección incluido.

   Vamos a lo nuestro.

Uso correcto de las comillas.


   Las comillas (« », “ ”, ‘ ’) son signos tipográficos utilizados para demarcar niveles distintos en una oración. 

   Generalmente se utilizan:


   Para citar textualmente algo que ocupe menos de tres o cuatro renglones.

   Para señalar palabras usadas en un sentido distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado intencionalmente y no por error.

   Para indicar la intención irónica del empleo de una palabra.

   En un título, para reemplazar el tipo de letra cursiva con que se indica el nombre de una obra artística: Análisis de «El Quijote».

   Para presentar el significado de una palabra o expresión. 

   En este caso se utilizan exclusivamente las comillas simples: «acechador» significa ‘que observa o aguarda cautelosamente con algún propósito’.

   No se utilizan para destacar palabras extranjeras. En este caso se recomienda el uso de cursivas: Show es una palabra inglesa, ni para señalar un apodo o seudónimo, cuando acompaña al nombre. En este caso se recomienda el uso de cursivas.

   En castellano se utilizan tres tipos de comillas:


Comillas bajas, latinas, españolas o angulares (« »).
Comillas altas o inglesas (“ ”).
Comillas simples (‘ ’).
 
Asimismo se distingue entre comillas de apertura («, “, ‘) y comillas de cierre (», ”, ’).

   El Diccionario panhispánico de dudas, dice al respecto del uso de las comillas: «En los textos impresos, se recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillar partes de un texto ya entrecomillado». Si dentro de lo entrecomillado apareciera una segunda cita, se utilizarían otras comillas. La nueva Ortografía de la lengua española (2010), corrobora dicho orden: es preferible y recomendable emplear las comillas angulares en primer lugar, reservando los otros tipos para otras funciones. El orden por los tanto es el que sigue: «…“…‘…’…”…»

      Dice la norma que el último signo de puntuación de una oración que contiene un texto entrecomillado debe situarse después de las comillas de cierre —el fragmento entrecomillado siempre mantiene su puntuación, salvo cuando se trate del punto—; excepto cuando el fragmento entrecomillado sea lo único que compone la oración, en cuyo caso se escribe el signo que corresponda antes de las comillas de cierre, a excepción del punto, que se escribe siempre después.
 
      Por último, en español no se deja espacio alguno entre las comillas y su contenido.

    Y acá les dejo un segundo regalo.

     Algunas expresiones cuyo sentido varia si están juntas o no:


   En hora buena se escribe separada cuando equivale a un adverbio de modo.

   Enhorabuena se escribe en una sola palabra cuando es sustantivo y significa felicitación,
parabién.

   En hora mala se escribe siempre separando sus tres elementos.

   Se escribe porqué cuando es un nombre que equivale a motivo.

   Se escribe porque cuando es una conjunción causal que introduce una oración que explica la
razón de otra principal.

   Se escribe por qué cuando es pregunta. Equivale a por qué motivo, causa o razón.

   Se escribe por que cuando se trata de la preposición por y el pronombre relativo que, que
puede sustituirse por el cual, la cual,


      Espero que les sea de utilidad la entrada de hoy.


    Nos vemos el Martes.


Un abrazo a todos y gracias de antemano por la compañía. 

10 comentarios:

  1. De utilidad y de mucha, mi buen amigo... me gusta mucho tu sección, es aclarador todo lo que dices y sobre todo, ejemplizar clarifica ese caos que a veces, obviamos por simplemente escribir sin más.

    Te felicito, John.

    Mil besitos con mucho cariño y te me cuidas ;)

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    1. Hola Aurora:

      Encantado de tenerte en este nuevo espacio. Yo cuando comencé a narrar me hice una carpeta en mi unidad de Drive con el título Recursos y dejaba allí las notas o los artículos que me interesaba tener para consultar cuando tenía dudas al respecto. Que bueno, aún las sigo teniendo. Escribir como dios manda es un proceso de apredizaje.

      Un beso grande y mi agradecimiento eterno por la visita.

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  2. Me han encantado esas mínimas; algunas muy buenas, y otras me han sacado sonrisas.

    Estos temas los tengo aún muy recientes. Ha sido una locura; una maravillosa locura que he disfrutado enormemente, a pesar del tiempo y del trabajo invertido.

    Muy instructivo post, querido amigo. Felicidades por ello.

    Y si me lo permites, me despediré con la frase del encabezado de tu blog:

    ¡Escribir es vivir! 😉

    Abrazos enormes, y muy feliz tarde.

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    1. Pues ya somos dos a los que las mínimas del señor Abelardo nos ha sacado unas risas. Buenas son, desde luego. Todas esas cosas las hemos hecho todos cuando empezamos a escribir. Yo diría que el aprendizaje va en un sistema de de prueba/error/aprendizaje. Equivocándonos y reconociendo que lo hemos hecho en nuestro desconocimiento también válido para escribir bien tanto como la práctica. Esto es igual que un artesano que se dedica a hacer zapatos a medida. Cuanto más tiempo le dediquemos a la buena práctica de tips, recursos y normas, pues llega un momento que aprendes. Algunos con más arte y otros con menos, pero ahí ya no manda la norma.

      UN abrazo fuerte, Blonde. Agradecido por tu paso por mi casa de papel.

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  3. ¡Hola, John! Jo, desde luego que aunque sean mínimas, el mensaje que lanzan al escritor es máximo. Todas son sabrosas y casi podríamos hablar de largo y tendido de cada una. Me paro en tres. Lo del "comenzó a..." es un clásico y digno de estudio. En mi caso, es lo primero en lo que reparo a la hora de revisar. ¡Ni te imaginas cuántos llego a borrar! Pienso que es algo psicológico, escribimos conforme imaginamos la acción y ello quizá influya.
    La mínima de los adjetivos es muy evidente y la enlazo con la de las descripciones. De entrada reconozco que suelo leerlas de manera vertical, pero es que a veces se convierten en verdaderos tostones. El profesor Zapata indicaba que es el recurso perfecto cuando en lugar de contar, se hace ver que se cuenta, pero en realidad simplemente estamos llenando líneas para creernos que estamos escribiendo una historia. Como apunta la mínima, debemos mostrar al lector solo lo que es relevante para la historia lo otro ya se encargará el lector de visualizarlo en su mente.
    Respecto a la dedicada a las manos añadiría un uso habitual que es utilizar el posesivo en lugar del determinado.
    Muy buen aporte el de las comillas, el hecho de que en el teclado tengamos las inglesas a golpe de pulsación nos hace usarlas en comentarios y entradas de blogs. Pero en un texto literario impreso no me gustan nada.
    Estupenda esta sección dedicada a estas cosillas de escribientes. ¡Un abrazo!

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    1. Hola señor Rubio.

      Pues como decía en mi anterior comentario todos esos errores tocan en los comienzos. La verdad, no conozco ningún escritor que no los haya cometido. Es en el reconocimiento de nuestro desconocimiento técnico que buscamos la manera de solucionarlo. Porque si uno cree que escribe sabiamente pues se queda en el mismo lugar de donde partió. A mí me falta muchísimo aún por aprender. Narrando soy bastante nuevo. Digamos que estoy igual que todos los que aquí comentamos, muy verde. Pero no por eso se debe aparcar el blog. Vamos todos tirando hacia delante en el proceso sobre la marcha. Es lo que hay.

      Una maravilla que me acompañes en esta nueva sección.

      Abrazo y muy agradecido por la lectura y opinión.

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  4. De muchísima utilidad, la verdad, sobre todo los porque, porqué y por que, que tanta tabarra dan siempre. Y las comillas, todo un mundo :-9
    Muchas gracias, Madison.
    Feliz día.

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    1. Pues si te ha servido el trabajo ya está logrado. Ese es el objetivo de esta sección: compartir información que a ustedes y a mí nos sea de ayuda y que todo esté a la mano, recogido en lugar. En este caso la sección del blog Herramientas.

      Gusto en recibirte por acá, mi Maga.

      Abrazo.

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  5. ¡Hola John!
    Encontrar el sinónimo adecuado para que al lector le llegue el tono, idea, imagen... lo más parecido a lo que tratamos de definir en nuestras letras, es complicado, aunque en mi caso suelo recurro a mi experiencia poética y al menos logro que esa palabra se impregne de emociones.
    En algún que otro caso se me critica un exceso de adjetivación en mis historias, pero pienso que la prosa directa o espartana, simplona en general, no me ofrece mucho interés como trabajo narrativo.
    También otra cosa que hay que tener siempre presente, es el fallo de olvidarse de acabar la acción que se inicia en un capítulo del libro, pero que el escritor descuida finalizar en otra parte.
    ¡Ah! Los libros buenos, antes de caer en el error de prestarlos, mejor aconsejar su lectura.

    Te planteo una observación al explicar el uso correcto de las comillas separando dos ideas, que a mi juicio podrían completarse en una sola: por un lado has escrito "En un título, para reemplazar el tipo de letra cursiva con que se indica el nombre de una obra..." y en otra frase aparte "Para presentar el significado de una palabra o expresión".
    Estas dos frases se pueden resumir en una:
    "Si se menciona el título de la parte junto a la obra en la que está incluida, la parte irá entre comillas y la obra en cursiva".
    Me parece muy bien que nos ilustres compartiendo estas orientaciones lingüísticas y de estilo a quienes intentamos escribir con mejor o peor acierto.



    Que hayas disfrutado de tu onomástica, amigo John y espero que Drako siga bien, tras los fuegos artificiales.
    Un beso.

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  6. "En un título, para reemplazar el tipo de letra cursiva con que se indica el nombre de una obra..." y en otra frase aparte "Para presentar el significado de una palabra o expresión".
    (Dixit Madison)

    Estas dos frases se pueden resumir en una:
    "Si se menciona el título de la parte junto a la obra en la que está incluida, la parte irá entre comillas y la obra en cursiva".
    (Dixit Estrella)

    Sí se puede, aunque en la aclaración del post está indicado para situaciones distintas a la que refieres. O sea, en casos separados uno del otro. Tal y como lo específico en la entrada. Lo podéis consultar en cualquier manual de estilo.

    En cualquier caso, la ortotipografía debe ser flexible y adaptarse a las necesidades de cada escrito. Así que también puede ser de la manera que indicas, aunque ahí ya entramos en el uso correcto de la cursiva que ya lo trataremos en otra entrada también.

    Mi opinión en cuanto a la sobreadjetivación es que todos los escritores comienzan con ese pequeño fallo. Digo fallo porque a veces se subestima al lector y se cree que a mayor adjetivación, mayor margen de comprensión. Es un proceso normal dentro del aprendizaje. Poco a poco el escritor se va dando cuenta por sí solo de que no es necesario y aprende a dejar el adjetivo que más peso semántico tiene para definir la idea de lo que quiere expresar. Digamos que uno se vuelve más práctico.

    Gracias por la felicitación y por tu aportación querida Estrella. Unnplacer tenerte como compañera en este espacio.




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