martes, 23 de junio de 2020

Algunas consideraciones de estilo.



Introducción a la escritura creativa.


 
La entrada de hoy será corta. Es la noche de San Juan y aquí. servidor, es Juan. Y aquí, en medio de los fuegos artificiales y el ruido en el exterior a pesar de que estoy cerrado a cal y canto en mi cocina para que mi perro no sienta más terror del que ya tiene, les hago esta entrada. Como ya dije en la primera entrega de esta sección: Herramientas, tener un blog te compromete contigo y con tus lectores. Y bien gente, aquí estamos.
 
Hoy en El tatuaje de Sally... hablaremos sobre algo a tener en muy en cuenta cuando escribimos: El estilo.

Algunas consideraciones de estilo.

Uso de palabras largas cuando existen alternativas más cortas.


Las palabras que se eligen en función de su tamaño silábico y las que están de moda en  determinados ámbitos constituyen lo que se suele denominar léxico pedante. El alargamiento de las palabras, según Lázaro Carreter, es «indicio evidente de ignorancia lingüística» y «obedece a la suposición de que las palabras largas son más distinguidas que las cortas» (El dardo en la palabra, pág. 645). 

Entre las voces que hay que evitar se encuentran señalizar (por señalar), planificar (por planear), influenciar (por influir), inicializar (por iniciar), obstruccionamiento (por obstrucción), basamentar (por basar) y circularizar (por circular). Sí, pueden creerme que he tropezado con todas esas palabras por muy raro que a ustedes les parezca.

Tampoco son buena elección las expresiones que pueden simplificarse con facilidad, como ocurre con a lo largo y a lo ancho de la geografía española, en lugar de en España; en el día de hoy, por hoy; o sin ningún género de dudas, por sin duda. No es más culta una persona que use la expresión establecimientos fabriles que otra que emplee la palabra fábricas; pero es seguro que la primera es más pedante que la segunda.

Abuso de la voz pasiva.


Siempre será más dinámico un texto escrito en voz activa que otro en el que aparezcan con profusión estructuras en voz pasiva. Cuando se utilice la voz pasiva, hay que tener especial cuidado para que la construcción de las oraciones sea correcta. Debe preferirse el uso de la pasiva refleja (con se) a la pasiva con el verbo ser, excepto en los casos en que sea necesaria la presencia del complemento agente.

Se construirán varias centrales es preferible a serán construidas varias centrales; pero escribiremos varias centrales serán construidas por la empresa y no *varias centrales se construirán por la empresa.

Empleo de adjetivos inexpresivos.

 
Adjetivos como brillante, importante, fundamental, trascendental o excepcional poseen una carga valorativa muy elevada, por lo que solo deben aparecer cuando a lo que se apliquen sea, de verdad, extraordinario. Si abusamos de esos adjetivos en un texto, los convertimos en elementos inexpresivos: cuando todo es brillante o trascendental, resulta que nada lo es, porque nada brilla o trasciende sobre lo demás.

Bueno, señores, señoras y señoritas. En este preciso momento están lanzando fuegos artificiales en cantidad y Drako está a puntito del infarto. De modo que los tengo que dejar para socorrerlo. Un padre hace lo que haga falta por su bebé. Sí, ya sé que no es un bebé humano sino canino. Pero que más da. Es el único hijo que me queda con miedo a los fuegos y artificios normales en esta noche,


Tal y como diría el gran Wyoming: "Mañana más, pero no mejor"

Nos vemos la próxima semana con una entrada más larga y provechosa:


Instagram para escritores.


Qué tengan ustedes buena noche.



¡Abrazo!.


martes, 16 de junio de 2020

Abelardo Castillo, las comillas, porqué, por qué y por que y otros asuntos literarios.



Escritura creativa. Contenido didáctico.



   Abrimos la entrada de hoy con las mínimas del escritor Abelardo Castillo, (Buenos Aires, 1935-1917) muy acertadas por cierto.

“Podrás beber, fumar o drogarte. Podrás ser loco, homosexual, manco o epiléptico. Lo único que se precisa para escribir buenos libros es ser un buen escritor. Eso sí, te aconsejo no escribir drogado ni borracho ni haciendo el amor ni con la mano que te falta ni en mitad de un ataque de epilepsia o de locura.
Lo que dice Borges sobre los sinónimos es verdad: no existen. Can no es lo mismo que perro ni la palabra ramera tiene la dignidad de la palabra puta. Pero yo te recomiendo un buen diccionario de sinónimos. Uno quiere escribir: “habló en voz baja”. Como eso no le gusta lo reemplaza por “voz queda”, que es espantoso. Hojea el diccionario de sinónimos al azar y en cualquier parte encuentra la palabra pálida. Entonces escribe: “habló con voz pálida”, lo que está muy bien.
Nunca adjetives en orden decreciente, nunca digas: “Era una montaña titánica, enorme, alta”. Si no te das cuenta por qué, nadie puede ayudarte. Si adjetivaste en la dirección correcta tampoco te creas un gran estilista. Tal vez buscabas el último adjetivo y te olvidaste de borrar los otros dos.
Nadie escribió nunca un libro. Sólo se escriben borradores. Un gran escritor es el que escribe el borrador más hermoso.
Nunca escribas que alguien tomó algo con ambas manos. Basta con escribir las manos y a veces es suficiente una sola. La gente en general tiene cara, no rostro. No asciende las escaleras, sube por ellas. No penetra a las recámaras, entra en los dormitorios. Evitarás los ventanales y sobre todo los grandes ventanales. Dicho sea de paso, las ventanas no son de cristal, son de vidrio. Lo mismo los vasos.
No digas que alguien empezó a cantar o a vestirse si no estás dispuesto a que termine de hacerlo. En los libros la gente empieza a reír o a llorar en la página 3 y da la impresión de seguir así hasta que se muere.
Sé ahorrativo: si lo que viene al galope es un jinete, no hace falta el caballo. La inversa no se cumple. La palabra caballo viene misteriosamente sin jinete.
No intentes ser original ni llamar la atención. Para conseguir eso no hace falta escribir cuentos o novelas, basta con salir desnudo a la calle.
Cuidado con las computadoras. Todo se ve tan prolijo que parece bien escrito.
En general cuesta tanto trabajo escribir una gran novela como una novela idiota. El esfuerzo, la pasión, el dolor, no garantizan nada. Es desagradable pero es así. No abandones la cama sin pensar en esto.
No describas sino lo esencial. La posición de un pie, en casi todos los casos, es más importante que el color de los zapatos.
No cualquier cosa, por el mero hecho de haberte sucedido, es interesante para otro. Esto vale tanto para escribir como para conversar.
No defiendas tu libro argumentando que los críticos son escritores frustrados. Lo verdaderamente peligroso de un crítico es que sea un crítico frustrado.
Leer una gran novela o un gran cuento es tan hermoso como haberlos escrito. Si nunca lo sentiste, no escribas ficciones ni, por el amor de Dios, te dediques a la crítica literaria.
No publiques todas las estupideces que escribas. Tu viuda se encargará de eso.
Lo que llamamos estilo sucede más allá de la gramática. No es lo mismo decir: “ahí está la ventana” que “la ventana está ahí”. En un caso se privilegia el espacio; en el otro, el objeto. Toda la sintaxis es una concepción del mundo.
Nunca pidas que te presten un libro. Los buenos libros se compran o se roban.
No creas en las máximas de los escritores. Tampoco en éstas. Lo que cautiva de una máxima es su brevedad; es decir, lo único que no tiene nada que ver con la verdad de una idea".
 
   Hoy hablaremos del uso correcto de las comillas. Es importante que lo conozcas. Como ya he dicho en la pasada entrada la mayoría de los escritores terminan por convertirse en sus propios editores. Es de suma importancia que los textos salgan a la luz, da igual si se trata de un blog personal en lugar de una editorial, 100% limpios en cuanto a edición.

   En la red te encontrarás editores que harán bien su trabajo y tendrán extrema consideración con tus textos, pero también te encontrarás , como en todas partes, editores mediocres sin la sabiduría para hacer que tu obra brille.
No hay nada como un buen editor  para encontrar ese embalaje especial que servirá de contenedor y expositor de tu obra. Claro que te hablo de la obra terminada, proceso de corrección incluido.

   Vamos a lo nuestro.

Uso correcto de las comillas.


   Las comillas (« », “ ”, ‘ ’) son signos tipográficos utilizados para demarcar niveles distintos en una oración. 

   Generalmente se utilizan:


   Para citar textualmente algo que ocupe menos de tres o cuatro renglones.

   Para señalar palabras usadas en un sentido distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado intencionalmente y no por error.

   Para indicar la intención irónica del empleo de una palabra.

   En un título, para reemplazar el tipo de letra cursiva con que se indica el nombre de una obra artística: Análisis de «El Quijote».

   Para presentar el significado de una palabra o expresión. 

   En este caso se utilizan exclusivamente las comillas simples: «acechador» significa ‘que observa o aguarda cautelosamente con algún propósito’.

   No se utilizan para destacar palabras extranjeras. En este caso se recomienda el uso de cursivas: Show es una palabra inglesa, ni para señalar un apodo o seudónimo, cuando acompaña al nombre. En este caso se recomienda el uso de cursivas.

   En castellano se utilizan tres tipos de comillas:


Comillas bajas, latinas, españolas o angulares (« »).
Comillas altas o inglesas (“ ”).
Comillas simples (‘ ’).
 
Asimismo se distingue entre comillas de apertura («, “, ‘) y comillas de cierre (», ”, ’).

   El Diccionario panhispánico de dudas, dice al respecto del uso de las comillas: «En los textos impresos, se recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillar partes de un texto ya entrecomillado». Si dentro de lo entrecomillado apareciera una segunda cita, se utilizarían otras comillas. La nueva Ortografía de la lengua española (2010), corrobora dicho orden: es preferible y recomendable emplear las comillas angulares en primer lugar, reservando los otros tipos para otras funciones. El orden por los tanto es el que sigue: «…“…‘…’…”…»

      Dice la norma que el último signo de puntuación de una oración que contiene un texto entrecomillado debe situarse después de las comillas de cierre —el fragmento entrecomillado siempre mantiene su puntuación, salvo cuando se trate del punto—; excepto cuando el fragmento entrecomillado sea lo único que compone la oración, en cuyo caso se escribe el signo que corresponda antes de las comillas de cierre, a excepción del punto, que se escribe siempre después.
 
      Por último, en español no se deja espacio alguno entre las comillas y su contenido.

    Y acá les dejo un segundo regalo.

     Algunas expresiones cuyo sentido varia si están juntas o no:


   En hora buena se escribe separada cuando equivale a un adverbio de modo.

   Enhorabuena se escribe en una sola palabra cuando es sustantivo y significa felicitación,
parabién.

   En hora mala se escribe siempre separando sus tres elementos.

   Se escribe porqué cuando es un nombre que equivale a motivo.

   Se escribe porque cuando es una conjunción causal que introduce una oración que explica la
razón de otra principal.

   Se escribe por qué cuando es pregunta. Equivale a por qué motivo, causa o razón.

   Se escribe por que cuando se trata de la preposición por y el pronombre relativo que, que
puede sustituirse por el cual, la cual,


      Espero que les sea de utilidad la entrada de hoy.


    Nos vemos el Martes.


Un abrazo a todos y gracias de antemano por la compañía. 

martes, 9 de junio de 2020

Introducción a la escritura creativa. Unidad I: Escritores perdidos en la red.






Introducción a la escritura creativa


   Si buscamos la definición del verbo escribir (verbo transitivo) el diccionario de la Real Academia Española nos aporta como primera referencia que escribir es representar ideas, palabras, números o notas musicales mediante letras u otros signos gráficos: "escribir una fórmula; los nombres propios se escriben con mayúscula inicial; la ortografía ofrece criterios y normas para que los hablantes escriban la lengua correctamente; (fig) tiene la bondad escrita en el rostro"

   La segunda referencia nos dice que escribir es la acción de trazar signos que representan ideas, palabras, etc., con un instrumento adecuado, como un bolígrafo, lápiz o máquina, sobre un papel o cualquier otro soporte.

   Desde que el hombre habitara el mundo la necesidad de dejar constancia gráfica de la vida lo acompañó. Así, las diversas culturas que han poblado el planeta dejaron constancia de sus historias en todos los lugares habitables. Gracias a esa impronta documentativa conocemos el paso del hombre por la vida hasta llegar a lo que ahora conocemos como Internet, nuestra enciclopedia intercultural.

   Pero no todo comenzó con la palabra escrita. En los comienzos de nuestra evolución las historias viajaban de una generación a otra llevadas por la oralidad. La oralidad es la madre de lo que hoy conocemos como el cuento, el relato o la novela.

   El primer libro que marca la entrada en la era de la imprenta es la biblia impresa por el alemán Johannes Gutenberg en Maguncia, en el siglo XV. Tras imprimir el Misal de Constanza (1449), mediante el sistema de tipos móviles.Desde aquella primera edición impresa hasta llegar a la digitalización de los textos a llovido mares. 

Sí, soy un enamorado de los libros tradicionales, de cómo huelen y de lo personales que son como objetos. Pero hay un proceso largo desde que decidimos que escribir es lo único a lo que quisiéramos dedicarnos (quien pudiera) y hacerlo realidad.

La formación de un escritor


   Si pudiéramos escribir un texto sin ningún margen de error desde el primer día que la literatura nos llama a filas hubiéramos escrito un bestseller en una semana. Pero a los escritores no nos paren con el manual de estilo calzado entre las piernas. 

Cuando digo estilo no hablo de la manera que tienes para contar tus historias: el sello que te distingue del resto de escritores. Hablo de las herramientas que todo aprendiz del oficio lleva a sus corrinches literarios. 

Al comienzo de tu aprendizaje Dios, el universo o ¿la casualidad? te entrega un maletín con el membrete: “escritor” (escritor con “e” minúscula). Te entregan el envoltorio y la pasión para que plasmes por escrito tu estadio experiencial. En la medida que seas constante en tu búsqueda  irás  cargando el maletín.

   Escribir es un proceso gradual unido a nuestra evolución espiritual. Es adentrarnos en el conocimiento de nosotros mismos. 

El ritmo de trabajo


   Se requiere tanta disciplina como paciencia para avanzar en los primeros años de aprendizaje. Sí, he dicho años. El oficio de escritor es complejo. Nuestra herramienta fundamental es la palabra, algo que va mutando con el paso del tiempo y la evolución cultural. 

  Casi todos los escritores de hoy tienen como herramienta principal un blog alojado en Blogger o WordPress (da igual la plataforma). Tener un blog te será útil para almacenar los textos y marcar un calendario de publicación, cada cual a su ritmo.  

Si ya  tienes en tu arsenal un buen puñado de textos y aún no has pensado un lugar donde alojarlos, pues, pon manos a la obra. Al fin y al cabo la mayoría de los escritores terminan siendo sus propios editores y no está de más que te familiarices con los términos y acciones que requiere esa ardua labor de la edición. 

Lo difícil no es escribir un relato o una novela. Lo duro es editar luego de haber pasado "X" tiempo en completa familiarización con tu texto y tener que desprenderte de todo lo que consideras te hace falta.

Los escritores novatos sufren el síndrome de Diógenes: todo les hace falta. 

De ahí la importancia de buscar un lugar donde nos enseñen el modo correcto de alejarnos del texto y podar lo que lo deshonra. Muchos de los escritores y amigos bloggeros que visitan el Tatuaje de Sally Persson, esta casa creada por mí en 2012 con el objeto de experimentar en el plano literario, saben que recibí formación poética y que di mis primeros pasos como narrador y articulista en el taller online Ultraversal; proyecto sin ánimo de lucro que ofrece formación online a escritores.

Dejo el enlace para quien le interese vivir la experiencia Ultra. Garantizo que les abrirá muchas puertas decisivas en el aspecto técnico y como ciudadanos planetarios. Los escritores tenemos el compromiso y la labor de contar la vida y verdad de nuestro tiempo. 

   En mis comienzos, hablamos del año 2013, publicaba dos y hasta tres veces por semana. Pero cada escritor es libre de elegir el calendario de escritura que mejor se adapte a su vida privada. Sí es recomendable adquirir un compromiso de creación, edición y publicación. La mayoría de escritores desempeña otras labores y escribe durante las horas libres. El empleo es prioritario. 

Claro que estoy completamente de acuerdo con lo que estás pensando. Lo que realmente debería ser de alta prioridad es la formación. El empleo podría pasar a un segundo plano. Pero nunca ha sido así para los que escriben. 

   El noventa por ciento de la población mundial realiza a diario búsquedas en Google: compra de alimentos, transacciones bancarias, búsqueda de empleo, lecturas, ocio… El número de lectores que usa la red para satisfacer su afición o curiosidad por la información es cada vez mayor. 

Sí, hoy hablaremos de la escritura en la red. Porque una cosa es publicar un libro físico y otra diferente es publicar en la red.

   Para el bot de Google (si a estas alturas de tu vida de escritor no estás familiarizado con el bot es que vives en Júpiter) lo más importante es la experiencia del usuario. Google siente predilección por los buenos anfitriones y por los bloques de textos sustanciosos y ortográficamente limpios. 

El bot sabe que las palabras forman el mundo en que vivimos y que a los usuarios les fascinan las historias bien escritas, historias donde todo es disfrutable y comprensible y por esa razón rastrea sin descanso la red en busca de malechores que no cumplan con este requisito. 

Su trabajo es supervisar que el contenido que se ofrece a los usuarios cumple con los parámetros de calidad.

Un buen escritor hace SEO aún sin proponerselo apelando a sus buenas artes como narrador.

Algunas pautas de utilidad relacionadas con la escritura en red


La lectura en F.

 
  Cuando un lector llega a nuestro blog hace un escaneo global del texto en pantalla. Los expertos han catalogado esta acción inconsciente como lectura en F porque se ejecuta de izquierda a derecha. El cerebro da importancia al titular, los dos primeros párrafos y el scroll lateral izquierdo (F). El reto para el autor está en conectar con sus lectores en ese breve espacio. Establecer un vínculo directo. La decisión de permanecer está siempre en manos del lector. 

Este primer valor añadido por parte del autor aporta funcionalidad y marca una ruta en cuanto a preferencias con respecto otras páginas visitadas.

La densidad del bloque de texto asusta a los lectores.

   
No es una pregunta sino una afirmación.

   ¿En que medida?

   La opinión de los expertos sugiere decantarnos por una entrada de extensión corta, digamos el cincuenta por ciento de lo que tenemos planeado para una edición en papel teniendo en cuenta que en una edición física el lector reconoce de inmediato dónde comienza y termina la página, pero no ocurre lo mismo con los textos publicados en la red donde la extensión y calidad juegan un papel fundamental.

   Extensión aconsejable en red. (enfocado a escritores).

—Cuento, 600 palabras.
—Relato, 1000 palabras.
—Poesía, 20 a 30 versos.
—Artículo o ensayo, de1000 a 1500 palabras.

   Cabe aclarar que las medidas son un dato aproximado. La extensión de nuestra entrada se verá siempre sujeta al desarrollo del planteamiento y a nuestra necesidad expresiva. Un blog de cocina el autor necesita detallar, además de la receta, el proceso de elaboración, sumado a la subida de imágenes para argumentar el paso a paso. De modo que la extensión estará sujeta a la complejidad de la receta. 

   Ocurre lo mismo con la literatura.

   ¿El tamaño importa?


   En la red sí y mucho. El tamaño de fuente debe oscilar entre los 11 ó 12 puntos, a ser posible debemos ofrecer al lector la posibilidad de cambiar el tamaño.


   ¿Tipografía? 


   La disponible en todos los dispositivos móviles y ordenadores con el recurso de la letra oscura sobre un fondo claro. En los blogs con fondo oscuro el color de la fuente debe resaltar. Nuestro lenguaje debe ser directo, claro y sencillo, lo cual no implica el uso de palabras cultas siempre y cuando la recepción del mensaje llegue a buen término.

   En el caso de relatos extensos está en manos del autor una ejecución contundente desde el comienzo. De este modo conseguiremos que el relato sea leído íntegro. Si estamos tratando un artículo o ensayo se recomienda citar fuentes, en honor al trípode de Google, los pilares que lo han convertido en el buscador más usado mundialmente basado en la confianza y fiabilidad de la información. 

   Las fuentes aportan credibilidad, reputación y legalidad, sobre todo si citamos obras de otros autores, sin excluir la autoría de imágenes. Es preferible usar fotos libres de copyrigth. No solo por respeto al autor, sino también por la indexación. En pocas palabras la política de Google incita a la legalidad de la información y al respeto por los derechos de autor. Las páginas, revistas o publicaciones consultadas deben mantenerse a mano para contrastar la información en tiempo real.

   Divide el texto en bloques. 


   Los lectores son enemigos de los textos compactos. Usa la opción de interlineado disponible en tu editor de textos.  A los poetas nos enseñan a airear el bloque de versos, darles aire. Distribuir el poema en varias estrofas agrupa las ideas y las organiza. No solo visualmente. Los prosistas que escriben en la red deben aprender a espaciar el texto en su beneficio visual y comprensivo.

   Texto enriquecido.


(Me vas a perdonar, aprendiz, pero hoy no hablaremos de la importancia del texto enriquecido cuando se escribe en la red, nuestro tema a tratar hoy en este espacio didáctico. Prometo traer una entrada a la altura),

 

  La caja de comentarios.


   Haré una pausa para hablar sobre el espinoso asunto de la suscripción al blog. Si es nuestro interés hacernos con una lista de suscriptores debemos hacerlo constar en el scroll lateral, al menos para los autores que quieran conseguir una mayor difusión de sus contenidos. El tiempo del internauta frente a la pantalla es apretado y corremos el riesgo de perder lectores comprometiendo la caja de comentarios solo para cumplimentar un formulario en lugar de dar libertad para reflejar sus impresiones por voluntad propia. 

   Los comentarios también forman parte del DOCTYPE, para Google son la prueba evidente del interés de los usuarios por tus contenidos. Elimina los comentarios o links que no guarden relación directa con tu post. Algunos usuarios dejan enlaces a su web. Para Google es un truco engañoso (Black SEO) que afecta a la indexación de tu blog.

   ¿Debemos responder todos los comentarios?

   Por supuesto. Y sé lo que van a decir: «Madison es un cara dura que a veces responde a sus comentaristas cuando le sale de la entrepierna». Cierto.Voy a contra reloj y algunos días es imposible atenderlos a todos, pero no lo recomiendo. Lo considero descortés. 

   El blogger es un community manager. 

   Podemos crear comunidad a través del debate y para eso no solo necesitamos que nuestro post esté a la altura en cuanto a calidad, también precisamos la labor coloquial de caja de comentarios. Esa dichosa cajita que tantos minutos nos roba de nuestras labores habituales mundanas es el cordón umbilical que nos mantiene vivos: escritor-lector, con independencia de las redes sociales. La mayoría de los lectores regresa. Algunos, bajo mi experiencia como blogger, dejan preguntas relacionadas con el texto, dudas, sugerencias y consejos que en la mayoría de los casos suelen ser de utilidad para la valoración de la entrada y el crecimiento del autor.

   Algunas consideraciones sobre el color.


   No utilizar más de tres colores en la plantilla ni resaltar los titulares o enunciados en otro color que no sea el mismo empleado para el texto.

   Elegir titulares en consecuencia al texto, con gancho, despierta curiosidad e interés en los lectores.


Packaging.



   Cuando decimos packaging nos referimos al embalaje destinado a comercializar un producto, entiéndase por comercialización la promoción de nuestra web, pese a su carácter intangible. 

   El packaging se ajusta más al marketing que a su función primaria de contenedor creando un sello personalizado que nos define del resto. No entraré en detalles. Ya ampliaré la información en un post futuro sobre marketing. Pero sí resalto que algunos escritores prestan más atención al contenido que al diseño del blog y cuando hago alusión al diseño lo hago como generalidad ya que ambas cosas, calidad de contenido y diseño, van de la mano en el terreno virtual.

   Por eso se define como: Packaging.

   Citemos el ejemplo de una editorial que decide sacar a la venta "X" publicación. De antemano piensa en los detalles relacionados. En cierto modo el blogger tiene mucho más que arriesgar que una editorial publicando al amparo y sombra de su nombre, desconocido en el caso de los autores noveles. El editor de blogger es al escritor lo que el directo para un músico, de modo que andemos con pies de plomo si se quiere clavar la entrada como garantía de futuros lectores asiduos.

   Si el packaging tradicional debe ser adecuado para el traslado y conservación del producto, globalizando el término y aplicado a los contadores de historias, lo más valioso de nuestra web es el contenido en palabras, incluso para los nano robots de Google. Los cazadores de segmentos de texto que le sirvan de ayuda en el proceso de indexación. El impacto del un texto en cuanto a calidad debe primar por encima incluso del packaging, pero también influyen el diseño de portada (igual que ocurre con la edición en papel). 

   Una portada sugerente en relación al texto, la encuadernación y una buena reseña forman un packaging potente para atraer a los lectores. En el ámbito literario el packaging no solo se reduce a un diseño sino a una simbiosis entre fondo y forma en toda la extensión del concepto.

   Proyectado hacia el terreno virtual el packaging de nuestro blog tiene un cometido funcional basado en la sencillez del diseño (hablamos de ello en el apartado consideraciones sobre el color) donde intervienen, además de la calidad e innovación literaria, la elección de las imágenes que acompañan el post y la organización de los contenidos, que por temáticas en diferentes apartados individuales, artículos, poemarios, cuentos, (para blogs literarios) o los post más populares para facilitar la navegación. 

   Bueno, esto es todo por hoy.
 
   La entrada queda abierta al debate. Deja tu pregunta, queja o sugerencia. Pero, por el amor del cielo. No me lances tomates que me manchas de rojo la caja de comentarios.

   Gracias gracias por acompañarme.Y recuerda que Google apuesta por páginas funcionales con diseños atractivos y contenidos varios bien redactados, únicos e irrepetibles.  El plagio se paga con la no indexación.


                                                                                                  Un abrazo.






Bibliografía consultada.

"Guía para los nuevos medios y redes sociales". Editorial Galaxia Gutenberg.
"Del papel a la web, evolución y claves del diseño periodístico en internet", 2007.
"Cómo es escribir para la web", 2008, autor, Guillermo Franco.









viernes, 5 de junio de 2020

Historias en la red: Mayores.





John Madison: Historias en la red: Mayores.



(N del A: Los hechos narrados corresponden a la ficción . Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)


    Un contador de historias, de esas que merecen la pena ser llevadas a la gran pantalla, me dijo que solo encontraría el verdadero camino hacia el oficio de escritor cuando me quedara completamente solo.

    Teniendo en cuenta que los mejores consejos en mi carrera como escritor me los había dado aquel novelista, le hice caso y me quedé todo lo Robinson Crusoe que se necesitaba para encontrarme como hombre literario. Incluso colgué un cartel en la entrada de mi rincón bloguero prohibiendo el paso a los lectores curiosos como medida de apoyo al incremento de mi soledad.

Créanme si les digo que no pretendí ser descortés con esas señoras que dejan constancia de sus emociones en la Red y que a menudo se presentaban en mi blog llamándome a boca llena amigo y hasta hermano sin que nos uniera parentesco alguno. Esas señoras saben que yo ni soy escritor ni estoy interesado en ese título al que le tengo un respeto inmenso.  Creo que ese viene a ser el punto en común entre ellas y yo. Más de una vez les he comentado que a mí lo que me pone de escribir es que me vean como un tipo al que le va la movida comunicativa bloggera y punto, porque para llamarme escritor aun me falta mucho. De sobra saben ellas que el anuncio de paso restringido iba en verdad para esos «escritores» de los que estoy hasta el femenino del pollo. O quizás debería decir hasta el pene para no ofenderlos.

    Comprendo que esa peña de memos no tiene idea de lo que abarca en realidad el uso kilométrico del castellano y que en la literatura existen tanto el pollo como la polla, cada cual en su contexto, en beneficio y buena virtud de la palabra. Pero cuando un tipo como yo se lía la manta en la cabeza y sale disparado para el monte en plena caja de comentarios de blogger en defensa del estilo, está hasta la polla y en ningún caso hasta el pene. También podría darse el caso de que quien escribe no sea tan pasional como yo ni esté interesado en defender la riqueza del léxico y por tanto refiera su enojo alegando que ha perdido los papeles, el avión o que: «se me subió la mostaza» —en honor al film del actor francés Louis de Foune de igual nombre— con la delicadeza: «estoy hasta las mismas narices».

    Amén de mandar a freír espárragos trigueros a esos judas escritores, mi cartel cumpliría, además, el cometido de alejar de mis tierras a cierta señorita «escritora» a la que había visitado en su casa virtual movido por su popularidad entre los blogueros. Por esos días la oí mentar tantas veces que una noche junté con las letritas de la sopa que mi asistenta de hogar me había preparado su nombre: Becky G, y provocando con la cuchara un tsunami que arremetió de lleno contra la identidad de sémola de la muchacha, me planteé muy en serio comprobar si en realidad era tan buena narradora. No tuve paciencia para esperar al dia siguiente y esa misma noche me presenté en su blog. Comencé mi análisis con un cuento sobre una palmera que usaba gafas y que quería mantener un affaire con un camello.

    Me pareció una narración mal llevada en el planteamiento, pero no me lancé a decir, ¿por cortesía? lo que en realidad pensé. Sé que fue Ferrand Gómez quien le comentó a Becky que yo era un reputado poeta y textualmente: «Es un Ultraversal y de los grandes», muy rimbombante él —porque a rococó no le gana ni Luis XV—.

    Ferrand no pertenecía al proyecto Ultraversal pero le gustaba la idea y leía todo lo que los Ultraversales exponían en Gogle+. Me consta que también añadió que mis versos le iban a encantar a Becky ya que eran muy re chulos. 

   Estoy seguro que el re chulo de Ferrand se alejaba años estelares de lo que Becky imaginó porque si hay algo para lo que no estoy hecho es para regentear burdeles, aunque pertenezca a esa casta de maromos que se les cae la baba por las currantas de la noche. Ferrand se refería a los huevos que le pongo al arte de escribir. Quiero pensar que fue esa la interpretación que Becky dio a tales referencias y por las que respondió a mi comentario del cuento de la palmera parlante con un breve: «queda usted en su casa».

    Bueno, yo en mi casa hago lo que me sale de las santas pelotas. Meo sin el más mínimo cuidado y además dejo la tapa abierta todo lo que me de el cuerpo y fumo marihuana todo el rato y me paseo, también, en bóxer y algunos días hasta en cueros por todas las estancias. De modo que le tomé la palabra y me adentré en sus textos, en especial en uno donde los protas se daban la del pulpo en un ascensor durante la noche de fin de año.

    Que aquella escena del ascensor iba de amor, lo dijo ella. Para mi gusto una mujer que se arranca las bragas a la desesperada y acaballa a un tipo que acaba de conocer en un ascensor es pornografía barata. Un polvo literario mal llevado en Pekín y hasta en Italia. La tierra que vio nacer a mi ídolo del cine porno: Rocco Sifredi. 

   Ni siquiera Rocco que es un follador excelente —pero un pésimo intérprete— habría llevado tan mal aquella escena, por mucho que los comentaristas aplaudieran y vitorearan a Becky como si ella fuera la nueva Anais Nin.
   

En eso consiste el estilo, en calibrar qué haría el personaje en determinada situación y qué enfoque le daríamos a esa escena . 


Cualquier escritor que se respete sabe que existe una diferenciación entre follarse a un tipo como una perra loca y hacerle el amor desaforadamente a un tipo loco en una noche perra, y esa fue la apreciación que dejé en su entrada, entre otras cuestiones.

    Sí, fue justo ahí donde comenzó la bronca en vivo y en directo. Le aclaré cómo debería llevarse literariamente un polvo de ese calibre y ella a mí que yo solo era un exhibicionista que lavaba sus trapos sucios en la blogosfera. «Uy, te estás pasando tres pueblos, reina», le dije. «Señorita, John, soy señorita», me respondió.

    Pues muy bien, Señorita con «s» mayúscula (así lo escribió ella en su respuesta), sepa que yo he follado en los lugares más inhóspitos e inimaginables. En el interior de un closet, por ejemplo, durante el transcurso de una fiesta que celebré en mi casa. Mi mujer por entonces, Lyn, no tuvo paciencia para esperar que los invitados se marcharan; las fiestas en la Habana son largas.

    En otra ocasión también mantuvimos sexo telefónico. Lyn en la Habana y yo en Grecia. Lyn me largó por esa boquita de asiática lo que ningún escritor de tres al cuarto sería capaz de fabular y no paró hasta asegurarse que su marido alcanzaba las arenas rojas de ese planeta que Truman Capote cita en aquel relato en el que se fuma un canuto de marihuana con una asistenta de hogar: «Un día de trabajo».

    Incluso tuve un polvo memorable en la parada del bus de 48 y 27 cuando aún no estábamos casados. En dependencia de la franja horaria Lyn me practicaba una felación o yo la masturbaba o ella montada directamente sobre mí en aquel banco súper estrechito. Esa noche tocó apagón. Nos dejamos ir tanto que alguien gritó: ¡aguaaaaaaa!… muy largo. Pero ya era tarde, no solo en los relojes, eran las tres de la madrugada.Ya estábamos en Cabo Cañaveral con los motores prendidos y listos para el despegue.

    Sí, Becky, en la literatura el banco de datos del autor cuenta. Aunque la historia narrada sea pura ficción. Así que no me diga que usted tiene una manera de contar muy parecida a la de esa escritora que va de iluminada de los vampiros en la edad del pavo y que no le llega a Bram Stoker ni a la suela de los zapatos. Esa muchacha se hizo famosa gracias a toda esa piara de incultos que le hacía la ola en Internet y a la venta de Merchandising a todas esas adolescentes locas por encontrar a un Edward que les mostrara la posición correcta en una cama para el avistamiento seguro de Cuenca.

    Y hasta ahí no más llegó la discusión porque la Señorita Becky me invitó, amablemente y sin carácter retroactivo, a abandonar la casa que antes me había ofrecido como mía. Me marché y nunca más volví. Ya había olvidado el incidente cuando, una noche, me entró un mensaje suyo por hangouts:

Becky G: Hola escritor.
 
J. Madison: Hola.
 
Becky G: Creí que no ibas a responder.
 
J. Madison: ¿por qué no? Soy un gilipollas amable.
 
Becky G: Te llamo, Juan.
 
J. Madison: No te he dado confianza para que me llames. Y me llamo Madison, no Juan.
 
Becky G: Ya, ni tú te llamas Madison ni tu exmujer se llama Lyn. ¿Verdad?
 
J. Madison: Efectivamente, no hay ninguna Lyn. Me lo inventé.

(Mentí, que es lo que hacemos los hombres malos y los escritores muy buenos). Es cierto que estuve casado con Lyn y que follamos como jamás podrán imaginar los protagonistas del ascensor del relato de Becky en los parques, paradas, callejones y portales de la Habana, pero Lyn no va enterarse de que ahora mismo es la “Marquesa del Chanteclair” en todo blogger porque a ella le interesa un rábano la literatura. Lyn no lee ni el periódico.

Becky G: Pues yo daría cualquier cosa por un poema tuyo, aunque la condición fuera aparecer con un nombre de ficción. Seguro que tu mujer está muy orgullosa de las cosas que escribes.
 
    ¿Mi mujer? Mi mujer actual tampoco sabe una mierda de literatura, pero conociéndome intuyó que yo pondría la pista caliente en blogger desde el primer día y puso el parche antes que la llaga: «Si va a escribir chorradas al menos póngase un seudónimo, pendejo. No me hace maldita gracia que la gente que me conoce se entere que el comemierda de mi marido (así dijo mi mujer, comemierda) anda escribiendo poemas infames donde yo siempre soy la puta caliente del burdel», remató. «Cierto, cariño», le dije entonces.

    Reconozco que hay cierto punto de exhibicionismo en el acto de escribir. Al fin y al cabo es lo que mejor se me da. Encuerarme mientras largo entre lágrimas negras el bodevil. En aquel tiempo me encantaba darle gusto a mi mujer y me inventé un seudónimo que no fue ni comemierda ni pendejo, sino John Madison.

     Justo iba a descolgar para explicarle a Becky que la mujer del pendejo estaba haciendo su entrada en la casa cuando Becky me envió aquella foto posando con un trocito de tela, un top idem a los que las hijas de la puta caliente del burdel que ya avanzaba por el corredor diciendo: «cariñoooo, hay alguien en casaaaa», llevan bajo el anorak cuando salen los sábados a perrear por las discotecas de Barcelona y por el que yo pongo el grito inútilmente en Marte, porque al final ellas se hacen las que no hablan marciano y agarran el bolso y desaparecen.

    No, yo no era el papá de Becky pero también puse el grito en ese planeta que llevo toda la noche mentando y recordé al mirar la foto que si había una mujer a la que yo le arrancaría a mordiscos la ropa si me la encontrara en una esquina era Anastasia Mayo, la actriz porno. Una piba que tiene los pechos de una niña mal comida, pero un trasero para entregarle a ojos cerrados el pin de la cuenta bancaria.

    A mi hermano Yeyo le tocó lo mejor en la tómbola del ADN; metro ochenta, bien parecido y unas manos altamente desarrolladas, contra mi metro sesenta y manos de Meñique. Para nada me estaría quejando si ese Meñique guardara parecido con el Meñique bretero lleva y trae que regenta el único burdel en Poniente, esa Ciudad salida de la serie televisiva «Juego de tronos» porque ese al menos mandaba en su imperio de putas.

    Verdad de la buena es que por muy grandes que a mi mujer le resulten mis manos yo iba a necesitar al menos otro par para agarrar con propiedad las domingas de Becky.

—Mami —escribí presuroso.
 
—Qué, Juan.
 
—Yo no me llamo Juan. Dejate de abuso que ya estoy muy mayor para estas cosas.
 
—No importa. Me gustan los tipos mayores. Quiero invitarte a cenar.
 
—¿A mí?
 
—Sí. Para disculparme por aquella bronca que tuvimos en blogger?

     Becky quería disculparse, pero qué pasaba con la disculpa de todos aquellos comentaristas que aprovecharon la bronca para ponerme públicamente como los trapos, solo porque yo había dado mi punto de vista sobre su narración con sinceridad abierta. En ningún momento fui descortés.

—Oye, olvídalo. Es agua pasada —le dije.
 
—¿Quieres decir que me perdonas? 
 
—Claro, no dije que eras mala escritora. Dije que la escena del ascensor no era en lo absoluto creíble y que estaba mal enfocada
 
—Es igual Juan. ¿Cenamos?
 
—No, no es igual. Y no me llamo Juan, me llamo Madison.





Publicado anteriormente en la revista Ultraversal

lunes, 1 de junio de 2020

Inaugurando nueva sección en el Tatuaje.



   Los visitantes asiduos al Tatuaje se habrán dado cuenta que he habilitado un nuevo espacio.

   Sí, gente, hoy inauguramos la sección didáctica:


Cómo escribir prosa poética way

   Un lugar para compartir conocimiento, confrontar ideas y resolver dudas sobre poesía, narrativa y nuevas publicaciones de utilidad en el aprendizaje de este difícil arte:

El oficio de escritor. 


   Si no te alcanzan, como a mí, las veinticuatro horas del día para jugar a juntar palabras (escribo incluso dormido) y consideras que tus textos y poemas necesitan un empujoncito, este es tu espacio.

   Pero si por el contrario ya has recorrido el camino del aprendizaje y escribes mejor que Vargas Llosa en tiempos de Casa Verde, te invito a navegar por los contenidos del blog.

   Según mi señora madre tengo, además de buena verborrea, más cara que espalda. Así que no me voy a cortar un soberano pelo al recomendarte la lectura de mi nuevo ebook. El recopilatorio de relatos cortos: Mundos Paralelos (Nunca está de más una valoración).


Siete cuentos de usar y guardar.


   Volvamos al tema que nos ocupa. Hoy hablaremos en el Tatuaje de Prosa poética. Similar en estilo al verso en cuanto al lirismo, desarrollo de las sensaciones y construcción de imágenes, pero sin los elementos formales de la métrica y la rima.


Cómo escribir prosa poética way.


   A menudo encuentro en mis viajes de explorador por la blogosfera prosas cargadas de rimas que ensucian y desvirtúan el texto. Desde ya aclaro que una prosa poética no debe contener rimas, asonancias o consonancias, en su estructura.

   (Ya ahondaremos más adelante en el terreno de las asonancias de cadencia).

   Cuando nos embarcamos en este tipo de narración no debe primar la intención de relatar un acontecimiento específico, sino la transmisión de emociones o sentimientos de diversa índole a través del uso de recursos como la metáfora, la personificación, anáfora, imágenes, repeticiones etcétera.

   Se dice que fue el poeta francés Aloysius Bertrand el primero en incursionar en ella con su libro Gaspard de la nuit (1909). Pero fue Charles Baudelaire, con su obra El Spleen de París (1869), quien continuó caminando por dicha senda:

"¡Qué penetrantes son los atardeceres de los días de otoño! ¡Penetrantes hasta el dolor! porque hay deliciosas sensaciones donde lo vago no excluye lo intenso; y no hay punta más afilada que la del Infinito.
 ¡Qué delicia ahogar la mirada en la inmensidad del cielo y el mar! ¡Soledad, silencio, incomparable castidad de lo celeste! una vela pequeña tiembla en el horizonte y en su pequeñez y soledad imita mi irremediable existencia, monótona melodía de las olas, todo piensa en mí y yo pienso en todo (en la magnitud de la ensoñación, el yo se pierde) musical y pintorescamente, sin argucias, sin silogismos, sin deducciones". (El ruego del artista. Pág.9).

   Técnicamente la extensión de una prosa poética queda determinada por la necesidad expresiva del autor.

   Puede ser de carácter extenso
:

"Cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca" (Julio Cortázar. Rayuela, Fragmento de Preámbulo a las instrucciones para dar Cuerda a un reloj.1963). 
 O de corte muy breve:

   “Ese verde escondido en tus ojos, que a veces salía con el sofoco de tu cara, con la emoción o el llanto, es el verde de tu eternidad.
   Sé que ese verde será mi alegría y mi remordimiento. Eras avara con él y sólo me lo dabas en el amor mejor o en la mayor pena.
   A veces, alguna me dijo: “le sale un verde tan bonito cuando se sofoca”. Verde bonito, verde que le puso salir, salió todo lo que pudo y quizás pudo" (Juan Ramón Jiménez. Verde secreto)

   Algunos autores referentes del tema en cuestión.

Jorge Luis Borges.

Luis Cernuda

Ruben Darío.

Pedro Salinas.

Oliverio Girondo.


   ¿Podemos definir una narración como prosa poética apoyándonos en su contenido lírico?

   Hay cientos de relatos y novelas con marcados tintes de lirismo y uso de recursos propios de la poesía. Pero, no por eso dejan de ser un hecho narrado que cuentan en su estructura con la presentación de un conflicto, desarrollo de la trama y un final resolutivo (la estructura elegida puede ser la que el autor convenga) que se alejan por completo del concepto esencial de la prosa poética.

La prosa poética no obedece a los mecanismos estructurales de la novela o el relato.


   ¿Es la prosa poética poesía narrada?

   Es una pregunta con la que a menudo me tropiezo en algunos foros literarios. Desde mi punto de vista, no. Si algo diferencia a la poesía de la prosa es su estructura métrica versificada.

   ¿Debo usar un lenguaje rebuscado para conseguir una prosa de buena calidad?

   En lo absoluto. Si lo que te va son las palabras sencillas, adelante. La sencillez no está reñida con la construcción de imágenes metafóricas ni mucho menos con el lirismo.  La historia de la literatura está testimonialmente llena de autores que desarrollaron ideas profundas sirviéndose de palabras sencillas.

   Cada maestrillo tiene su librillo. El estilo se forja con tu arsenal propio. No lo olvides. En realidad, no es difícil escribir una prosa poética si nos ceñimos a estos parámetros de corte simple.

   Espero que la entrada, aunque breve, sirva para llevar a buen puerto las futuras prosas poéticas de los autores que aún no se han adentrado en ella y como guía para erradicar los posibles errores de fondo y forma de los textos en activo. Les sugiero se subscriban al blog, en el roller lateral izquierdo de la pantalla, si no quieren perderse los nuevos contenidos. La caja de comentarios queda abierta tanto al debate como a las preguntas.

   Nos vemos el Martes.

   Abrazo.