Hace poco un amigo me dijo que los escritores autodidactas solían tener durante el período de aprendizaje épocas de sequía, y no me refiero a esa sequía que los escritores llaman bloqueo. En realidad hablo de un receso importante en la producción, el mismo que yo vengo sufriendo desde hace un par de meses u que de traduce como una negación extraña, diríase aversión, hacia todo lo relacionado con la escritura. Vamos, que veo una letra y ya mismito me amarro a dar gritos como la actriz de psicosis en la ducha.
Posiblemente no sea ni seré nunca un escritor auténtico, pese a que muchos poetas con oficio me han dicho, por activa y por pasiva, que tengo madera para esto de los versos, sigo empeñado en que no lo soy, la prueba está en que no siento pena alguna por mi prolongado desgano creativo.
Ni frío ni calor, la verdad sea dicha.
No sé de qué le sirve a otros poetas el arte de versar, a mí desde luego me ha consolado y mucho en los momentos duros, y hasta me ha valido para escurrir el bulto en esas ocasiones en las que el amor de mi vida reclamaba mi atención en situaciones en las que el horno no estaba para galleticas ni yo, sinceramente, para interpretar el papel de amante atento:
—Madison, me han pedido una foto de alta resolución para una revista ¿te encargas tú de enviarla?
Me propone ella.
—Ahora no puede ser, amor, estoy escribiendo.
Y, ¡zas!... portazo que te crió y taconeo en versión huida corredor a través, porque mi amor sabe bien que cuando un tipo está pariendo un poema, hay que dejarlo hacer en paz no vaya a ser que el vástago salga torcido.
Sí, mi amor tiene la enferma costumbre de usarme como contenedor. Siempre vacía en mí todas sus movidas de última hora y frustraciones profesionales, y no le basta con desahogarse sino que, además, pretende que yo le solucione su papeleta.
—Cariño, dile a tu mánager que te lo solucione. Es su trabajo, para eso se lleva el 16%.
Le sugerí.
—Pues podrías arreglarlo, coño, que también eres mánager.
Me sugirió ella.
—No perteneces a nuestra oficina, amor (gracias a dios), ya te vale reina, que me estás rayando. Yo también tengo mis asuntos chungos y no te los cuento.
Eso le dije.
—Déjame hablar, Madison, nunca me dejas hablar.
Eso me dijo, como si yo la hubiera amordazado, antes de continuar largando.
A esas alturas de su desahogo yo ya no estaba por la labor de llevarle la contraria, tranquilizarla o lavarle el cerebro... Haciendo honor a la sinceridad, ese preciso día yo no estaba por la labor de nada ni de nadie.
Si mi mujer, o algún otro miembro de mi clan, me hubiera comunicado que en ese instante estaba en posesión de una mochila bomba y que se disponía a volar la casa familiar, yo no habría hecho nada por impedirlo
Sí. Parece ser que mi desidia no es solo literaria. O quizás mi desidia personal, con su potentísimo poder a lo gas mostaza, acabó por infestar a mis musas y mis ganas.
Lo cierto es que luego de tanto tiempo sin escribir ni una miserable, puta palabra, para no perder la costumbre de inventar o quizás porque, caray, la capacidad de crear imágenes es el único punto de encuentro entre el oficio y yo, mientras la arenga de ella transcurría en diferido, me dio por imaginar que yo era una iguana.
Sí, una iguana que vivía sola en su terrario. Una iguana muy orgullosa de su cresta, arrebatada, loca perdida con su arenita y con sus piedras, con su ración diaria gratis de fruta y de verdura de buena calidad; col rizada, champiñones, hojas de mostaza, hojas de diente de león... y lo mejor de todo el invento: una iguana soltera y sin compromiso; una iguana sin perrito ni gatico (como dicen en mi tierra), un bicharraco verde y feliz de no tener una esposa verde chillón, de ojos saltones, con una cresta a juego con la suya empeñada en hacerle la putada con todo ese asuntico de la crisis y de la cultura en España (pura mierda), y todo ese avasallamiento que todo artista español que pretenda mantener a su prole (aunque eso ya lo hago yo, reina mora) sufre a día de hoy en sus carnes.
Si para algo sirve la poética es, por supuesto, como válvula de escape. Mientras la bella largaba por esa boquita de pitiminí, yo (Juanito la iguana) abrí a todo gas el grifo de los versos.
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"Iguana-man".
Claro que sí, mi vida, yo también
tengo la vida, amor, hecha un desastre.
Estoy lo que se dice muy hecho polvo.
Soy una iguana enorme
a la que le da igual ver la vida pasar
a través del cristal de su terrario.
Ya sé: me necesitas.
Necesitas un héroe al que comerle
cada día la oreja con tus penas,
pero el héroe que buscas, el de antes,
gasta ya muchas canas.
Al Superman de hoy
le importan un pimiento el mundo, el universo
y todas sus milongas,
los llamados terrestres
y las crisis.
Si no te importa, cielo, papi se desconecta.
Se está de puta madre en el terrario. Corto y cambio.
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Y ahí quedó la cosa, en un poema. Aunque ni puta idea de cuando vendrá el próximo. Tampoco es que me esfuerce mucho, porque como ya les he dicho:
¡Se está de puta madre en el terrario!
Jajajaja, Madison, ¿leyó tu amantísima este texto?
ResponderEliminarMe gustó tu desahogo, siempre con tu impronta picarona.
Estoy como vos, seca de toda sequedad de palabras... ¡cómo quisiera sentirme una iguana woman!
Corrector word: vástago e imágenes van con acento.
Besosssss
Solucionado el asunto ortográfico, sólo me queda darte las gracias por tus atenciones, querida Mirel.
EliminarSí, ambos estamos algo cerrados, o nuestro cerebro está algo cerrado con respecto a lo creativo. Bueno, son momentos en los que se necesita apartarse un poco de los rigores de la escritura, al menos de esa parte en la que uno hace publico su mundo interior, para dar prioridad a otras necesidades. Esperemos que la tormenta pase pronto.
Abrazo y millón de gracias por la visita.
Pues aquí sólo puedo decir qué me siento igual igual que la iguana, de puta madre en el descanso del terrario, sin componer ni una pequeña frase que de sentido algún poema, ea!!!
ResponderEliminarTe felicito por ésta NO creación, querido, qué cuando proyectes algo...te saldrás del tiesto! Jajaja
Besos, Jonh.
Bueno, ya somos dos en el terrario, mi reina. Blogger impone muchos rigores; la responsabilidad de estar a la altura en cuanto a actualización de contenidos, aspectos técnicos y sobre todo, traer algo que nos llene, porque si no, no tiene sentido escribir nada. Escribir si que escribo, no cada día como en esos momentos en los que estoy que me salgo de la tangente en cuanto al chorro de buenas ideas, pero algo se hace, amiga mía, lo que sucede es que no todo lo que uno se plantea es publicable, a veces hay temas que es mejor dejarlos en el más absoluto secreto. La verdad es que estoy algo cansado de vivir con la puerta siempre abierta, no sé Yayone, será que ahora me apetece un poco de intimidad para estar mas a tono con mi corazón y mi consciencia. Por otro lado, yo necesito un descansito literario. Este año y el anterior han sido dos años en los que yo no he parado de escribir. Sobre todo en esos contrapuntos que yo mantenía con Eva Lucía. Para mí era era un super esfuerzo navegar junto a una poeta de tan altísimo calibre y corazón, aunque a ella nunca le importó mi nivel técnico, en lo absoluto, y a mí tampoco me importaba esforzarme diez veces más que ella para contentar a su espíritu. Lo volveria a hacer, sin duda, aunque quedara tonto por forzar mi cerebro. En fin, esperemos que me dure poco la rabieta.
EliminarAbrazos al cuadrado, y Feliz Navidad, hermosa.!!!!
Bueno,hay días que no se está para nada ni para nadie, que nos importa un bledo la escritura porque nos revelamos contra su adicción, porque además sucede que no queremos contar, porque porque, porque no sabemos que es lo que nos pasa...
ResponderEliminarPues para ser una iguana y no sentirte escritor ni poeta, no se te da nada mal...
Un vídeo musical estupendo.
Un abrazo cubano lindo.
Escritor sigo sin sentirme, poeta ya lo voy asumiendo, mi Carmensita. Versar es al fin y al cabo una manera de vivir, una necesidad, versos hay siempre entre mis manos y en mi corazón, sólo que a veces me duele muchísimo, una barbaridad, entrar en algunos lugares de mi corazón, los poetas, y tú lo sabes bien porque lo eres, enganchamos el alma a los textos, tiramos de ella como si de una tabla de salvación se tratara para decirnos, aunque uno este ficcionando siempre el alma va incluida en el lote ya que forma parte de la poesía, sin eso no hay poema, sería en todo caso una ejecución perfecta en cuanto a técnica, pero desheredada de lo emocional, de lo vital, de ese tirón que nosotros llamamos arrebato y que, cuando llega, es lo máximo, cuando te llega el arrebato puedes escribir un poema teniendo como eje solamente un verso, pero un verso cañón, no vale cualquier mamarrachada.
EliminarCierto mi Carmen. A veces uno no tiene ganas de contar y prefiere sumergirse en el silencio. Desde el silencio podemos saber qué es exactamente lo que nos está pasando y que necesitamos para solucionarlo, es un proceso meditativo que siempre arroja buenos resultados. Tan buenos como cuando decidimos materializar las ideas sobre el papel para verlas desde otra óptica y sacar conclusiones y demás.
Gracias por mantenerte cerca, querida Carmen.
Te quiero un montón!!!!!.
Besos.
¡Feliz Navidad!!!!
Muy bueno lo de la iguana, no se está nada mal en el terrario, jaja. Pero en fin, todo cansa y uno acaba sacando las narices de la urna y husmeando por ahí y entonces se vuelve a liar.
ResponderEliminarYo también tengo periodos en los que no me apetece escribir, entonces me pongo a leer con ansia y claro, vuelven las ganas otra vez. Para mí, lo peor es cuando de verdad quieres escribir, porque necesitas escupirlo, porque te molesta en los dientes y por lo que sea no puedes. Tu texto me ha recordado un poco a esa sensación, porque el terrario también simboliza el aislamiento necesario para poder sacar fuera lo que te ronda por la cabeza o el corazón, donde sea.
Un abrazo.
Gerardo!!!!! Gracias por la vista.
EliminarEs tan terrible el bloqueo como la inapetencia. Supongo que en algún momento habrá que romper con la fase de la aislamiento y explorar de primera mano el terreno, en lugar de a través del cristal. De igual modo, algún que otro poema se deja caer de vez en cuando por algún rincón del terrario. Gracias una vez más por la lectura.
¡Feliz Navidad para ti y los tuyos!
Abrazo.
Lo tuyo con las letras ya no tiene solución, Jonh, por mucho que te excuses...
ResponderEliminarMira lo que dices...
—Ay mi amor, ahora no puede ser, estoy escribiendo.
Y, ¡zas!... portazo que te crió y taconeo en versión huida corredor a traves, porque cuando un tipo está pariendo un poema hay que dejarlo hacer no vaya a ser que el vástago salga torcido.
Es eso, querido hermano, el que no escribe no puede ni podrá nunca entender que hay que respetar el momento del escritos, ese momento, que si pasa, no vuelve nunca con las mismas letras.
La inspiración a veces vuelve en forma de odio o amor, de angustia o felicidad. Yo te diría que ni tú mismo puedes manejarla a tu antojo.
Eres un artista hasta en los desahogos.lo tuyo es escribir. Eso sí...cuando te salga de la iguana.
Ya sabes que te aprecio un montonazo.
Querido Vincent, lo mejor que tiene la poesía es compartir espacio y emociones con poetas tan grandes como tú. Tú puedes comprender que significado tiene para nosotros desvelar un pedazo del alma a traves de los versos, o salir de la cama para apuntar en cualquier parte, un papelito o en el editor de notas del móvil, un verso buenísimo en plena noche, porque uno sabe que quizás no lo recuerde al despertar de la manera en la que ese verso vino a nosotros.
EliminarYo seguiré siendo tu fan pase lo que pase, o haga lo que la vida haga con nosotros.
Abrazo grande, hermano, y ¡Feliz navidad para ti y toda la familia!
Mil gracias por estar.
Querido Jonh, pues ya debes dejar de decir que no escribes y que la putamadre. Que escribes y que lo haces de gran manera, prosa o poesía. Ya quisieran muchos escribir como lo haces y sobre todo con ese sentido del humor tan fresco que tienes.
ResponderEliminarAbrazos mi estimadísimo cubano.
Querido Gil, a veces nos olvidamos de que escribir es ante todo una proyección de lo que somos hacia el exterior. Hay que ser uno mismo, aunque a veces no nos guste o no aceptemos del todo a ese uno mismo. En eso tú tienes mucha experiencia, tú siempre eres tú, siempre eres Gil cuando escribes, eso es fundamental, porque no todos somos capaces de sacar fuera a ese Gil que también gasta un buen sentido del humor, creo que en toda esta parte de Centro América la gente ve la vida con ese humor tan necesario para enfrentar la dureza de existir, con un toque humor la vida se hace más sencilla y llevadera, y los que nos rodean también pillan una porción generosa del pastel de la felicidad, eso es altamente contagioso, jaja
EliminarMil gracias por la visita, querido Gil.
¡Te envío un caluroso abrazo navideño, repartelo también entre tu gente!
Yo también quisiera ser iguana y vivir en un terrario tranquilita, y también padezco de la sequía de ideas para escribir muchas veces pienso en tirar la toalla y mandar todo a tomar viento fresco , pero es tan bonito que la gente te lea y opine sobre ello que me consigo dejar de un lado pro el momento esos malos pensamientos y vuelvo a cargar las pilas a mis musas esperando que me den a luz alguna idea para escribir.
ResponderEliminarUn abrazo John.
Puri
Hola Puri.
EliminarComo ves no somos los únicos con el padecimiento de la sequía. Hay algunos colpis que también haber padecido la enfermedad. Es un poco difícil llamar a las musas cuando el desánimo campa a sus anchas por nuestra casa, seguiré tu consejo e intentaré ponerme las pilas, a ver si consigo espantar la desidia.
Mil gracias por la compañía.
Un abrazo y que la musa te acompañe.
Pues te quedó relato y poema de maravilla, a veces resulta que las musas vienen dando la lata pero sirven para desahogarse y dejar impresas unas letras que pueden ayudar.
ResponderEliminarUn cordial abrazo, Jonh.
Feliz año 2017
Así es, Mila. El desahogo literario ayuda tanto en el terreno psicológico como para fomentar la creatividad, que se hace un camino cada vez más angosto. Esperemos que este estado de dejadez no de mucho la tabarra se marche pronto por donde mismo vino.
EliminarTe agradezco mucho la lectura y comentarios.
Abrazo y Feliz año también para ti.
¡Hola John! Parafraseando a Sabina en aquella canción: "quien pudiera reir, como llora Chavela" Podría decir "quien pudiera escribir, como "no escribe Jonh". Desconozco cuanto de biográfico tiene, pero este texto es extraordinario. Dibujas la situación, envuelves al lector en esa casa, como un invitado invisible. Un ejemplo de cómo una anécdota o vivencia personal es transformada, deconstruida por el escritor para crear un relato que transcienda, que lleve un mensaje universal. En mi caso, me he sentido identificado tanto con la iguana como con el escritor. En la soledad con la que llevo esta vocación, una soledad solo paliada con los compañeros virtuales; la eterna lucha por hacer comprender a mi familia que escribir es algo importante para mí... Bueno, eso es una guerra perdida, escribir siempre será una de esas tonterías que me ha dado desde que cumplí los 40. En fin... También comparto ese cansancio literario, siempre acompañado de cierto sentimiento de culpa. Desde que escribo, no he conocido mayor felicidad que cuando le pongo el punto final a una historia; ni mayor frustración cuando pasan semanas sin escribir una línea o lo que es peor, sin una historia a la que darle vueltas mientras vas al trabajo o te agobias en el metro. Como siempre es una gozada leerte, maestro. Un fuerte abrazo y ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarHola John, parece que ya te desconectaste del mundo externo, yo también lo hice en diciembre 16, pero mi "dulcineas" ha vuelto. Me encantó la historia de la iguana y el terrario. Realismo irrefutable, cuando te cortan la peli no hay más fiesta. Saludos en la distancia, avisa cuando regreses.
ResponderEliminarPues te quedó relato y poema de maravilla, a veces resulta que las musas vienen dando la lata pero sirven para desahogarse y dejar impresas unas letras que pueden ayudar.
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